La Hermenéutica General
OBSERVACIONES
PRELIMINARES
Nehemías 8:1-8
1 Y se juntó todo el
pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las
Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que
trajese el libro de la ley de Moisés, la
cual Jehová había dado a Israel.
2 Y el sacerdote
Esdras trajo la ley delante de la congregación,
así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo.
3 Y leyó en el libro
delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos
los que podían entender; y los oídos de
todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.
4 Y el escriba Esdras
estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a él estaban Matatías, Sema,
Anías, Urías, Hilcías y Maasíasa su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías,
Misael, Malquías, Hasum,
Hasbadana, Zacarías y Mesulam.
5 Abrió, pues,
Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento.
6 Bendijo entonces
Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén!
¡Amén! alzandosus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová
inclinados a tierra.
7 Y los levitas
Jesúa, Bani, Serebías,
Jamín, Acub, Sabetai,
Hodías, Maasías, Kelita,
Azarías, Jozabed, Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar.
8 Y leían en el libro
de la ley de Dios claramente, y ponían
el sentido, de modo que entendiesen la
lectura.
Los inicios de la interpretación bíblica se registran a partir
del escriba Esdras, como vemos en el pasaje de Nehemías que acabamos de leer,
quién en compañía de otros, leía las escrituras ante todo el pueblo de Israel
congregado al aire libre, pues dice en esa cita: "ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura."
La historia de la interpretación bíblica es larga, Martín
Lutero fue uno de los primeros que proponía una breve serie de reglas para toda
interpretación seria de la Biblia. Y desde entonces la ciencia ha crecido,
hasta que hoy día existen suficientes conocimientos sobre la materia para que
se le dedique tanta atención como a las otras materias básicas de un
adoctrinamiento bíblico.
La palabra Hermenéutica, se deriva del verbo griego
HERMENUO, que significa: INTERPRETAR.
Así podemos decir que la Hermenéutica es la ciencia bíblica
que: Aplica "Todas" las reglas necesarias para la explicación de
algún pasaje del texto de la Biblia (pero también se puede referir a cualquier
pasaje literario).
Para interpretar la Biblia adecuadamente, se tiene que
estudiar otras materias (historia, lingüística, etc.).
La Hermenéutica usa para la interpretación, todas las
herramientas a su alcance especialmente la historia tanto bíblica como extra bíblica.
NECESIDAD DEL ESTUDIO
DE LA HERMENEUTICA
Si se reflexiona un poco, se verá que todo lenguaje humano
tiene su propio estilo e idiosincrasia que no prestan a la traducción literal
en otros idiomas: modismos, dichos (proverbios), sentidos gramaticales,
costumbres, etc. Estos aspectos propios de cada idioma, causa dificultades al
intérprete que quiere entender el significado original, que cualquier autor
quiso comunicar en otro idioma.
Al interpretar la Biblia nos encontramos con varios
problemas. La Biblia fue escrita en idiomas ahora muertos. Los hebreos no han
dejado escritos en su (antiguo) idioma, sino solamente sus libros sagrados y
algunos "apócrifos". El hebreo moderno no nos ayuda a entender los
escritos más antiguos, pues el hebreo moderno solo está basado en los antiguos
en lo esencial, pero no en la profundidad de su riqueza lingüista antigua. La
razón es que los hebreos modernos no habían hablado su idioma por casi dos
milenios hasta que se estableció el moderno estado de Israel.
El Caso del Nuevo Testamento es muy diferente. Existen
abundantes manuscritos del idioma griego popular. La mayoría escritos en
"Papiros". El estudio de estos papiros ha
ayudado mucho en la comprensión del griego Koiné.
El problema entre estos dos idiomas es que no tienen
similitudes lingüísticas, ni culturales, con todos sus problemas para el intérprete
de la Palabra de Dios.
EL INTÉRPRETE
Para interpretar La Biblia correctamente, el intérprete se
debe enterar de las reglas de esta ciencia y seguirlas. Pero uno de los
requisitos básicos del arte o ciencia de la interpretación es el intérprete: Su
Preparación Espiritual.
Es precisamente donde los católicos difieren de nosotros,
pues ellos se reservan para si el derecho "exclusiva" de interpretar
La Biblia. El argumento en que se basa la Iglesia Católica Romana es que ella
es la única autorizada por Jesucristo, y que solo ella es la poseedora del
Espíritu Santo para poder interpretar las Escrituras. Sin entrar en polémicas, solo diremos que
todo intérprete de las Escrituras deberá tener el Espíritu de Cristo morando
personalmente en él.
EL LIBRE EXAMEN DE LAS
ESCRITURAS
Aparte de lo anteriormente dicho, sobre la necesidad de
poseer el Espíritu Santo para interpretar la Biblia correctamente. Es claro que
Dios quiere que todos los hombres tuvieran el derecho de leer y entender la
Biblia, esto incluye la obligación de leer y estudiarla.
Toda confesión evangélica afirma, o da por sentado este
principio.
Pero queremos aclarar que el "Libre Examen" de la
Biblia no quiere decir: Libre Interpretación. El hombre de Dios tiene la
obligación de examinar las escrituras, pero nunca a interpretarlas a su gusto.
2 Pedro 1:19-21 (RV60)
19 Tenemos también la palabra profética más segura,
a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar
oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros
corazones;
20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía
de la Escritura es de interpretación privada,
21 Porque nunca la profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el
Espíritu Santo.
RESPONSABILIDAD
PERSONAL
Si no tenemos cuidado en el manejo de Su Palabra, tendremos
mayor condenación.
Santiago 3:1 (RV60)
1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de
vosotros, sabiendo que recibiremos mayor
condenación.
Santiago 3:1 (Biblia del Pueblo de Dios)
1 Hermanos, que no haya mucho entre ustedes que pretendan
ser maestros, sabiendo que los que enseñamos seremos juzgados más severamente.
Para toda interpretación bíblica debemos interpretar
reverentemente, siendo guiados por El Espíritu Santo, que nos ha sido dado como
maestro divino.
1 Corintios 2:11-12
11 Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos
de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie
conoce los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios.
12 Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino
el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado
gratuitamente
Como creyentes que estamos siguiendo éste principio del
"libre examen", y especialmente para los estudiantes que están preparándose
para el ministerio de la Palabra de Dios, nos vemos en la obligación de
aprender el uso de la hermenéutica para desempeñar esta tarea siendo iluminados
y ayudados por el Espíritu.
No debemos pensar que "solamente" mediante el
dominio perfecto de esta materia se llega a conclusiones acertadas, pues quien
es nuestro guía y maestro es el Espíritu Santo.
Pero el estudiante no debe ser indolente y moroso pensando
que "depende" de la ayuda "divina", de tal manera que puede
tentar a Dios con su pereza, menospreciando el estudio que Dios ha ordenado
para nuestra instrucción.
APLICACIÓN DE LAS
REGLAS
Es importante mencionar que no todas las reglas se aplican a
todo caso. Las diferentes reglas sirven para guiar al intérprete para resolver
problemas de interpretación. La pericia del intérprete se verá en la precisión
con que aplica sus conocimientos.
No todos los pasajes necesitarán una interpretación
"especial", ya que la mayoría de los pasajes bíblicos son
comprensibles a las personas sin un conocimiento bíblico "profundo".
Claro está que habrá algunos pasajes difíciles de interpretar para la gente común,
aquí es en donde entra el trabajo del intérprete, pero también recordemos que
habrá pasajes incomprensibles aun para los intérpretes más capaces.
Las reglas de la Hermenéutica se pueden comparar con una
caja de herramientas. Cuando el maestro carpintero se pone a construir un
mueble, primero considera los problemas que el proyecto presenta y en seguida
escoge la herramienta indicada. Así exactamente hará el intérprete bíblico;
considerará el problema o el conjunto de problemas que presenta el texto, y
luego escogerá aquellas reglas que le puedan resolver el problema y que
permitan una interpretación adecuada.
EL ESPÍRITU CORRECTO
Como se ha dicho antes, el intérprete tiene necesidad de la
presencia del Espíritu Santo morando en él. Sin su presencia, el individuo ni
es cristiano y no puede guiar a otros pues serán ciegos que guían a otros
ciegos.
Sin embargo, todo cristiano tiene ya el Espíritu Santo para
hacernos entender las cosas que el Señor nos quiere enseñar.
Juan 14:26 (RV60)
26 Pero el Consolador,
el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas
las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.
1 Juan 2:20, 27 (RV60)
20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y
conocéis todas las cosas.
27 Pero la
unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os
enseñe; así como la unción misma os
enseña todas las cosas, y es
verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.
1 Corintios 2:12 (RV60)
12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos
ha concedido.
Pero aparte del don del Espíritu Santo, el cristiano debe
tener una actitud correcta cuando intérprete las Escrituras. Debe de comenzar
la lectura de la Biblia con humildad y mansedumbre, dejando de lado todo
orgullo y pensamiento de que se sabe todo.
El intérprete debe ser humilde ante los hombres, pues todos
tenemos el mismo Espíritu, nunca debe pensar que Dios le ha hecho infalible,
aun cuando tenga plena seguridad que su interpretación viene de Dios.
Veamos el ejemplo del apóstol Pablo en este sentido.
Gálatas 1:11-12; 2:1-2
1:11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio
anunciado por mí, no es según hombre;
1:12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre
alguno, sino por revelación de Jesucristo.
2:1 Después, pasados catorce años, subí otra vez a
Jerusalén con Bernabé, llevando también
conmigo a Tito.
2:2 Pero subí según una revelación, y para no correr
o haber corrido en vano, expuse en
privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los
gentiles.
El intérprete debe tener un espíritu correcto en cuanto a
las doctrinas bíblicas, ya que como hay puntos en que no se esta de acuerdo con
otros, no por eso debemos burlarnos ni menospreciarlos sino tratarlos con todo
respeto.