jueves, octubre 21, 2021
Siete Pasos para Reconocer si una Profecia viene de Dios o No - Paso 1
miércoles, octubre 20, 2021
Como Ser Dirigido Por El Espíritu Santo - 6
martes, octubre 19, 2021
Como Ser Dirigido Por El Espíritu Santo - 5
Estamos tan ocupados física y mentalmente que las cosas espirituales llegan a sernos inciertas. Es más fácil calmar nuestro cuerpo que nuestra mente. ¡Podemos hacer tanto ruido con la mente como con las manos y pies! Algunas veces, cuando tratamos de dormir, el cuerpo esté relajado, la mente sigue inquieta, aún está revuelta con las actividades, ideas, y planes del día, o preocupaciones y ansiedades con relación al futuro.
Esta es un área en que el orar en lenguas es de gran ventaja. "Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto" (1Corintios 14:14).
¿Alguna vez, su mente ha vagado hacia otras cosas mientras usted ora? A veces, solía llevarme una hora para acallar mi mente; pero ahora, he descubierto que orar en otras lenguas es la mejor manera. Cuando oramos en otras lenguas, nuestra mente se calma, una vez que está en silencio, nos hacemos más consciente de nuestro espíritu y de las cosas espirituales.
Al orar en otras lenguas y adorar a Dios, nuestro espíritu está en contacto directo con Dios, quien es Espíritu y Padre de los espíritus. Nuestro lenguaje de oración no viene de la cabeza sino del corazón, ya que nuestra mente está inactiva.
El Testigo Interior
Si entrenáramos nuestros espíritus, sabríamos con exactitud en el interior qué hacer en cada área de la vida con un "si" o con un "no"; aún en cosas secundarias. Prácticamente, pasamos toda nuestra vida en el reino mental y físico; muchas veces, hemos desarrollado nuestra cabeza a costa de nuestro corazón, el conocimiento intelectual ha tomado el trono en nuestra vida. Y nuestro espíritu, que debe guiarnos, es mantenido en prisión bajo llave, y no le permitimos funcionar.
Este testigo interior busca dirigir nuestra mente. Todos sabemos que hay muchísimas que nunca habríamos hecho si hubiéramos escuchado ese testigo interior.
No habríamos invertido y perdido dinero en ciertas empresas arriesgadas; no habríamos escogido a ciertas personas como compañeros. (No solo me estoy refiriendo a la pareja en el matrimonio, sino también a cierta gente con la que nos involucramos). Si hubiéramos escuchado nuestro testigo interior, nunca habríamos hecho negocios con ciertas personas.
Para definir este testigo interior en pocas palabras, a medida que oramos acerca de algo y pensamos que hacer, si hay una alto en nuestro espíritu - un "algo en nuestro interior" que le dice que no haga algo - ese es el testigo interior. Sin embargo, algunas veces tenemos que esperar un rato para tener la quietud suficiente para reconocerlo.
¿Cómo podemos distinguir si es mi espíritu o el Espíritu Santo el que me está diciendo que haga algo?
Como vimos anteriormente. en Proverbios 20:27 dice: "Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre". Dios dijo que El iba a usar nuestro espíritu.
Debemos ser capaces de distinguir si es la carne; el hombre exterior, la que quiere hacer algo, o si es el hombre interior, si es el hombre interior.
Si es el hombre interior estamos en la dirección correcta porque el hombre interior es renacido y es una nueva criatura. 'Las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas' (2 Corintios 5:17). El hombre interior tiene la naturaleza y la vida de Dios en él; si somos llenos del Espíritu, el hombre interior tiene al Espíritu Santo morando dentro. El hombre interior del cristiano no es el que quiere obrar mal; sino el hombre exterior.
Juan en su epístola habla acerca de la simiente de Dios permaneciendo en este hombre interior, el cual no puede pecar. "Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios" (1 Juan 3:9). Este hombre interior tiene la naturaleza y vida de Dios en él, pues es nacido de Dios.
Físicamente, nosotros nacimos de nuestros padres humanos y participamos de su naturaleza. La gente suele decir: "él es como su padre", o "ella se parece a su madre".
Espiritualmente, somos nacidos de Dios y participamos de Su naturaleza.
"Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina..." (2 Pedro 1:4). Pedro también dijo que somos nacidos de la Palabra de Dios; "Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre" (1 Pedro 1:23).
Somos nacidos de la Palabra de Dios; por eso, a medida que nos alimentamos de la Palabra de Dios, somos participantes de la naturaleza divina. Sabemos que el obrar mal no es la naturaleza de Dios; por lo tanto, si una persona es realmente un cristiano, el deseo de obrar mal no está en su espíritu.
Mirando una ilustración bíblica de este testigo interior, leemos en Hechos 27 la historia de Pablo a bordo de una nave con rumbo a Roma. "Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, por haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba, diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas" (versos 9 y 10).
Pablo no dijo: "El Señor me dijo"; tampoco dice que el Espíritu de Dios se lo dijo. Pablo dijo: "Veo"; ¿Quién es el verdadero "Yo"?, el hombre espiritual, el hombre en el interior. Pablo no lo vio mentalmente, tampoco lo vio físicamente, sino tuvo testimonio en su espíritu.
Hace unos años, tenía que hacer un viaje largo en autobús y sentía cierta intranquilidad de ir, así que decidí suspender el viaje para una fecha posterior, llamé a mi amigo que era administrador de la agencia y le dije que le diga al conductor que tuviese cuidado pues algo podía pasar, y efectivamente paso algo, hubo un accidente pero como estaban advertidos no le paso nada a nadie. Tal como pasó con Pablo, pude hacer algo al respecto.
Notemos que Pablo simplemente dijo lo que había percibido. En Hechos 27:20,21 leemos: "Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos. Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído..." Esta fue una declaración osada.
Observemos que Pablo dijo: "Debieron haberme escuchado". El no dijo: "debieron haber escuchado al Señor"; él no había dicho: "El Señor me dijo", sino: "Veo".
"Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y pérdida. Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave... Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho" (versos 21, 22 y 25).
Pablo percibió el peligro, y si ellos lo hubieran escuchado, podrían haber evitado el naufragio, pero no lo hicieron; por lo cual perdieron toda la mercancía y la nave. A pesar de eso, Pablo les aseguró que no se perdería ninguna vida: "porque yo confío en Dios...", y la vida de cada persona fue salvada.
Una declaración en Hechos 13 nos ayudará más en cuanto al recibir dirección de Dios. "Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros... Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo..." (Hechos 13:1,2).
Notemos bajo qué condiciones habló el Espíritu Santo: "Ministrando estos al Señor, y ayunando". No sé de muchos servicios como ese hoy en día. Por lo general, el predicador ministra a la gente, no al Señor. La mayoría de nuestros servicios en la iglesia se basan en ese principio; estamos ministrándonos el uno al otro. Pero ellos ministraban al Señor; en esa clase de atmósfera fue que habló el Espíritu Santo. Sería bueno que hoy en día tuviéramos algunos servicios en los que ministráramos al Señor.
lunes, octubre 18, 2021
Como Ser Dirigido Por El Espíritu Santo - 4
Andando por los sentidos físicos
Notemos lo que Pablo dijo en Romanos 8:16: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios". Muchas veces la gente piensa que este testimonio del que él está hablando es algo físico; no lo es. La Biblia no nos dice que el Espíritu da testimonio a nuestro cuerpo.
Los sentidos son la voz del cuerpo. La razón es la voz del alma o mente. La conciencia es la voz del espíritu.
Cuando hablamos de los sentidos estamos hablando de los 5 sentidos físicos; el oído, el tacto, el olfato, la visión y el gusto.
Si andamos por nuestros sentidos, ¡estaremos en problemas! Mucha gente dice cuando ora: "Sentí que el Señor me escuchó". Sentí un calorcito, o sentí una tembladera en el cuerpo.
No importa si sentiste o no; si la Palabra de Dios lo declara, es verdad; si Dios dice que escuchó y contestó tu oración, Él lo hizo.
Debemos basar nuestra fe en la Palabra; no en nuestros sentidos. Este verso no dice que el Espíritu da testimonio a nuestros cuerpos o a nuestros sentidos; dice: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu". La Palabra y el Espíritu concuerdan; El Espíritu tomará esa Palabra y le dará testimonio a su corazón.
Jesús dijo: "Pero cuando venga el Espíritu de verdad... tomará de lo mío, y os lo hará saber" (Juan 16:13,14). El le dijo a sus discípulos: "El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Juan 14:26). El también dijo: "Os hará saber las cosas que habrán de venir" (Juan 16:13); El Espíritu Santo te dirige dándole testimonio a tu espíritu. Romanos 8:14 dice: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios".
No nos corresponde decirle al Señor como debe guiarnos. En Hechos de los Apóstoles y en otros lugares en la Biblia vemos cómo, algunas veces, algunos recibieron guía por medio de una visión. Otros recibieron guía de un ángel que se apareció y les dijo ciertas cosas.
Muchas veces buscamos guía de esa forma, en vez de escuchar lo que la Biblia dice; con todo, esos fenómenos tampoco sucedieron cada día en las vidas de estas personas, ocurrieron una o dos veces en toda la vida de algunos de ellos.
Muchas veces, cuando Dios está tratando de dar testimonio a nuestros espíritus - tratando de guiarnos - no escuchamos porque queremos algo dramático; como una visión o un ángel.
Relacionado con esto se encuentra el siguiente punto.
Probando al Señor
Para recibir dirección, algunas personas utilizan lo que denominan: ponerle un "vellón" o “prueba” al Señor. Dicen: “Si pasa esta cosa es que el Señor quiere que haga esto.” Otros dicen: “Si abro la Biblia y me sale tal cosa entonces esa será la voluntad de Dios.”
Ellos se basan en la historia de Gedeón en Jueces 6:36-40: "Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho. Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua. Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío".
Me acuerdo de cierto grupo donde asistía que una hermana tenía el ministerio de “partidora de Biblia”; es decir, si alguien estaba buscando dirección del Señor, venía a la hermana, oraban y ella abría la Biblia. Una vez un joven vino a consultar si debía ser novio de una hermana, así que oraron, partieron la Biblia ,y salió que si. El chico estaba contento, pero como Gedeón, oraron de nuevo para buscar la “confirmación” y salió que no. Que pasó, ¿el Señor se equivocó la primera vez? ¡No!, esa no es la manera bíblica de buscar la voluntad de Dios.
Cuando era joven en el Señor hice todas estas cosas; he probado al Señor, he seguido la prueba ¡y he salido probado! Quedé curado.
El Nuevo Testamento no dice: "Porque todos los que son guiados por pruebas, estos son hijos de Dios".
Por supuesto, Gedeón puso un vellón (una prueba); pero nosotros no estamos viviendo en el día que él vivió, no estamos viviendo bajo el pacto que él vivió. Nosotros tenemos un Nuevo Pacto, establecido sobre mejores promesas.
Él no tenía el Espíritu Santo viviendo en su interior, nosotros si.
En ninguna parte del Nuevo Testamento dice que Pedro, Pablo o alguno de los Apóstoles jamás le hayan dicho a la gente que le pusieran vellones al Señor. En realidad, esta práctica es muy peligrosa, porque estamos poniendo el vellón en el mundo de los sentidos, cuyo dios es Satanás (2 Corintios 4:4).
Cada vez que ponemos un “vellón” o “prueba” al Señor, Satanás va ha escucharte y te va a dar todo lo que tu pides para que no sigas la dirección correcta del Señor.
Siete Pasos para Reconocer si una Profecia viene de Dios o No - Paso 1
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