Cuarta Razón
Es un Ser Social Porque se Relaciona con Otras Personas
1. Con la Trinidad
El primer verso que veremos es 1 Juan 5:7, que los testigos de Jehová dicen que no es original de la Biblia, sin embargo, se encuentra en varios de los manuscritos más antiguos de la Biblia, y se le reconoce desde principio de la iglesia, ya que se encuentra en la Septuaginta.
Más adelante demostraremos con las Escrituras que la trinidad existe y que el Espíritu Santo es parte de ella.
1 Juan 5:7 (RV60)
7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.
1 Juan 5:7 (Septuaginta)
7 Porque tres son los testificantes (en el cielo: el Padre, el Verbo, y el santo Espíritu y éstos los tres uno son.
Este verso es la clave para entender la trinidad y mostrar la relación que hay entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; sin embargo, como dijimos antes, el hecho de que no se encuentre en algunos de los manuscritos más antiguos hace que algunas traducciones no lo incluyan.
Mateo 3:13-17 (RV60)
13 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.
14 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?
15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.
16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
En el bautismo de Jesús en el Jordán podemos ver a las tres personas de la trinidad relacionándose: Jesús siendo bautizado; el espíritu Santo descendiendo como paloma y el Padre declarando que Jesús era su hijo.
2. Con el Señor Jesucristo
Desde el mismo momento de la concepción de Jesús el Espíritu Santo estuvo relacionado con él.
Mateo 1:18-25 (RV60)
18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.
19 José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.
20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:
23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.
24 Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.
25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.
Desde este momento podemos ver la estrecha relación entre Jesús y el Espíritu Santo, recordemos que Jesús fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Lucas 3:21-22 (RV60)
21 Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió,
22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
En el bautismo en agua de Jesús, el Espíritu Santo descendió tomando la forma corporal de una paloma.
Mucha gente piensa que el Espíritu Santo es una paloma, pero no es una paloma, tomo la forma corporal de una paloma que es algo completamente diferente.
Marcos 1:12 (RV60)
12 Y luego el Espíritu le impulsó al desierto.
Marcos 1:12 (BL95)
12 En seguida el Espíritu lo empujó al desierto.
Marcos 1:12 (Septuaginta)
12 Y presto el Espíritu le lanza al desierto.
Marcos 1:12 (BL95)
12 Inmediatamente, el Espíritu Santo llevó a Jesús al desierto.
El hecho que el Espíritu Santo impulsase, empujase, lanzase y llevase a Jesús al desierto es una prueba de la relación que tenían.
Lucas 4:1,14 (RV60)
1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto.
14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.
Palmer comenta que Lucas: “usa el tiempo verbal imperfecto, que no indica un acto momentáneo sino un periodo de tiempo. La indicación clara es que no solo guió a Jesús al desierto sino que todo el tiempo que estuvo, el Espíritu Santo esto con él guiándolo y ayudándolo a vencer las tentaciones.”
Lucas 4:18-19 (RV60)
18 Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el año agradable del Señor.
Otra faceta del Espíritu Santo con relación a Jesús fue la unción que puso sobre el para capacitarlo y dotarlo para el ministerio que Dios le había encomendado aquí en la tierra.
Hechos 10:38 (RV60)
38 Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Hechos 10:38 (Castillian)
38 Y, sin duda, también sabéis que Dios ungió con el Espíritu Santo y dotó con su propia autoridad a Jesús de Nazaret, el cual anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que padecen bajo la opresión del diablo, porque Dios estaba con él.
Aquí vemos como el Espíritu Santo se relacionó con Jesús ungiéndolo para desarrollar su ministerio de sanidades.
En todos estos pasajes vemos como el Espíritu Santo se relaciona con Jesús.
3. Con los Apóstoles
Cuando estudié en el CEB en la primera promoción en el año 1986, nos dieron una tarea en la que debíamos encontrar la clave para el éxito de la iglesia del libro de Hechos.
Y la clave eran tres cosas: la Palabra de Dios, el Nombre de Jesús y el Espíritu Santo.
Si vamos por los primeros capítulos del libro de Hechos veremos que el Espíritu Santo se relacionó con la iglesia desde su nacimiento.
Hechos 1:4-8 (RV60)
4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.
5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;
8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Jesús le dijo a sus discípulos que ellos recibirían la promesa del Padre que era el Bautismo con el Espíritu Santo.
Hechos 2:1-4 (RV60)
1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
El nacimiento de la iglesia ocurrió con el derramamiento del Espíritu Santo el día de Pentecostés.
Hechos 4:23-31 (RV60)
23 Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho.
24 Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;
25 que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas?
26 Se reunieron los reyes de la tierra, y los príncipes se juntaron en uno contra el Señor, y contra su Cristo.
27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,
28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.
29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,
30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.
31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
Vemos que luego de orar el Espíritu Santo los llenó y capacitó para seguir cumpliendo con la Gran Comisión.
Hechos 5:1-10 (RV60)
1 Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad,
2 y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles.
3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
5 Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
6 Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron.
7 Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido.
5:8 Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto.
9 Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.
10 Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
En el caso de Ananías y Safira vemos la relación del Espíritu Santo con la iglesia; aunque la mentira y encubrimiento era contra la iglesia, igualmente era contra el Espíritu Santo.
Engañar a la iglesia es engañar al Espíritu Santo.
Hechos 15:22-29 (RV60)
22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos;
23 y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud.
24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley,
25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo,
26 hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
27 Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo.
28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:
29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.
Luego del concilio de Jerusalén donde se vio la controversia causada por los judaizantes, vemos que la iglesia no solo buscó el acuerdo humano, ya que en el verso 28 dice que el Espíritu Santo también dio su opinión.
Hechos 16:6-10 (RV60)
6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia;
7 y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.
8 Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas.
9 Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos.
10 Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.
Aquí vemos como el Espíritu Santo dirigió a los apóstoles durante su viaje misionero guiándolos a donde ir.
De estos y otros pasajes podemos ver la relación que tuvo el Espíritu Santo con los apóstoles.
Con estas pruebas bíblicas queda demostrado que el Espíritu Santo es una persona.